Parece que la vida de todo cristiano gira en un ciclo continuo, parece que vivimos los mismos pasos una y otra. Viene el problema o cualquier situación adversa y actuamos de la misma manera.
1. Llega el problema.
2. Recuerdo lo que dice la biblia, me apoyo en sus promesas, me apoyo en las profecías.
3. Vuelvo y me levanto.
4. Volvemos a paso #1.
Estos pasos son completamente normal, es común que los vivamos. David dijo: "Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío."Salmos 91:2. David en sus problemas o ante toda situación adversa que se le presentaba, acudía a los mismos pasos. Pero entendió la diferencia entre un refugio y una fortaleza. Un refugio sirve para esconderse, sirve para sentirse seguro, te hace sentir amparado. Sin embargo una fortaleza no solo te hace sentir refugiado y seguro, también te hace sentir capaz de defenderte. Ya no sería solo resistir los ataques y sólo aguantar defensivamente, si no que en la fortaleza puede ir en contra de aquello que se levanto hacia ti.
Antes de David enfrentase a Goliat, tuvo que vencer a un primer gigante, su identidad y capacidad de defenderse. David se ofreció a enfrentar a Goliat en nombre del Dios de Israel, pero cuando el Rey Saúl lo vio dijo:"!Cómo vas a pelear tú solo contra este filisteo! Replicó Saúl: "No eres más que un muchacho, mientras que él ha sido un guerrero toda la vida".2 Samuel 17:32. Cuantas veces te has sentido igual ante los retos de la vida? Miran tu parecer y dicen, eres solo un muchacho como te atreves sonar tan grande? Pero David tenía una fortaleza, conocía quien era en Dios, A lo que David le contesto: "A mí me toca cuidar el rebaño de mi padre. Cuando un león o un oso viene y se lleva una oveja del rebaño, yo lo persigo y lo golpeo hasta que suelta la presa. Y si el animal me ataca, lo sigo golpeando hasta matarlo. Si este siervo de Su Majestad ha matado leones y osos, lo mismo puede hacer con ese filisteo pagano, porque está desafiando al ejército del Dios viviente".
Ante la duda del rey Saúl, David pudo utilizar su primera fortaleza, conocía su don y su identidad en Dios, era un guerrero. Eso lo llevo a enfrentar a Goliat, obtuvo un gran fama y todos lo amaban. Pero esto le trajo celos al rey Saúl el cual quiso matarlo. David huyo, se entristeció mucho y oro al señor con suplicas para que los salvara de sus enemigos, (volvió al paso #1). Cualquiera espera que lo próximo en la historia fuera que Dios mismo derribo a sus enemigos. Pero pasa algo inesperado, David llega Nob, donde habla con el sacerdote Ajimelec.
David bajo engaño, le pide alimento al sacerdote el cual le ofrece los panes sagrados. David también le pide una espada a lo que el sacerdote le contesto: Aquí tengo la espada del filisteo Goliat, a quien mataste en el valle de Elá. Está detrás del *efod, envuelta en un paño. Puedes llevártela, si quieres. Otras armas no tengo. Dámela dijo David. ¡Es la mejor que podrías ofrecerme! 1 Samuel 21:9
David oro al señor y no le contesto, apelo a su don el cual fue en su fortaleza, pero tampoco funciono. Pero el señor lo topa que la espada de Goliat, la espada con la que Goliat venia en contra de David, la misma que David utilizó para cortarle la cabeza una vez fue derivado. El mismo Dios le quiso ensenar a David que no se entristeciera con lo que su enemigo quería hacer con él, que una vez Goliat fue en su contra con espada y con ella misma lo venció a él. Fortalécete en que todo lo que utiliza el enemigo en tu contra servirá para ir tu favor.
"Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman,* los que han sido llamados de acuerdo con su propósito" Romanos 8:28